La zanahoria y el palo en la lucha contra la corrupción
Singapur es ahora uno de los países menos corruptos del mundo. Los sobornos se aceptaban abiertamente en los años 50, y era una tradición local. Independientemente de los vínculos personales o las excepciones, el nuevo gobierno se propuso erradicar la corrupción. Se creó una Oficina Especial Anticorrupción bajo la autoridad personal del Primer Ministro. Los empleados de la Oficina tenían amplios poderes, incluida la capacidad de retener y registrar a los funcionarios sospechosos de corrupción, examinar a sus familiares y garantes, e investigar cualquier delito descubierto durante una investigación de corrupción. Las investigaciones anticorrupción se han centrado en los ministros del gabinete e incluso en los familiares del primer ministro. Como resultado, varios funcionarios de alto rango han sido encarcelados, y algunos están cumpliendo condena. Un gran número de funcionarios corruptos han huido del país.